lunes, 14 de junio de 2010

(Pausa)



Día de estrellas rotas en el techo,

día de ríos grises, salados.



Hay plomo en los pies, las manos se escarchan.




Un día de abrazos que no llenan
y besos del desconsuelo.



Día de ruidos fuertes.
Y ningún significado.

viernes, 11 de junio de 2010

Los Siete Mundiales. Parte 1..


En el '86 casi no tenía memoria. Apenas comenzaba a establecer las conexiones neuronales necesarias para que mi cerebro empezara a pulsar la tecla O REC. Creo que, en casa, estaban más ocupados en dormir las pocas horas que mi recién nacido hermano les dejaba, y en atender los berrinches de la hinchapelotas de tres años.
Hay una foto, de la instamatic: Nico de dos meses en su cuna, con la remera y el logo alusivo. Fuera de la imagen debo haber estado yo, con una remera cedida por un tío, la pancita asomándome debajo del "Argentina '78".


Para el '90, mi cassette mental ya estaba corriendo. Recuerdo el paseo a la Isla de Los Patos, un domingo típico de otoño, frío y soleado. En fila todos los scouts, y delante nosotros, los más pequeños: curiosamente, a los pininos nos decían las "alitas", un apodo que me pondrían de casualidad una década después.
Puente Santa Fe, Avenida Castro Barros (ojo, crucen de la mano!) y subir por Zapiola. Todos volviendo de la excursión, y cantando a viva voz una canción que yo escuchaba por primera vez, que me resultaba extremadamente original y que se me pegaría por el resto de mi vida: "Vamo' vamo', Argentina. vamo' vamo' a ganar, que esta banda... quilombera... no te deja-notedejadealentaaar"... Ese día, también, recibiría mi primera banderita celeste y blanca de plástico.
Recuerdo también las caminatas a la Coca, de la mano de mi tío Pablo, el de la remera. Todo para cambiar los dibujos de la cuadrada mascota por la oportunidad de meter la mano en un buzón y sacar tapitas con letras. Yo probé, saqué la U. La U era la facilonga. Llegamos a formar quince veces la palabra MUDIAL 90. Y la fucking N nunca salía. Ni siquiera cuando intenté "falsificarla" sobre la A con una Sylvapen negra.
Tengo amigos que recuerdan ese Mundial con mayor nitidez, especialmente la famosa canción. Toda emoción, y sentimiento, esa canción. Nunca registré la canción. Pucha, lo mejor en composición musical, y yo vengo a acordarme de la insulso tipito dibujado sobre papel cuadriculado.


El '94 es una nebulosa. La "worcupusa" y el bendito perro símil Pluto que apareció en cuanto producto comestible se comprara en casa. Y en el mundo, supongo.
Dos cosas: primera vez que escucho la palabra doping, que sería keyword obligada de todos los noticieros, programas deportivos, análisis, columnas, diarios, y reportes radiofónicos por meses. Y el triunfo de Brasil, los festejos en las calles de Rio de Janeiro, una columna inmensa de gente verdeamarela gritando y mi mamá suspirando resignada y diciéndome: "Mirá, ellos son los que más veces han ganado".
Tres cosas, mejor dicho: a partir de ese año, Brasil ganaría un lugar en mi cabeza como alguien con quien sí o sí hay que competir. Y al que hay que tenerle un poco de miedo...


¿Y vos? ¿Donde estabas?