1-
Adentro de un cajón Próximo,
entre grillas de setenta por cieto y cientos
de clientes morosos
se dispersan, blancos y rojos
los pequeños ataúdes de mi vicio,
se me cagan un poco de risa
porque saben que anhelo conseguirles un nuevo compañero
de cartón.
Pero tendré que esperar hasta el break.
2-
"Adiós, adiós, siempre te recordaré",
las palabras tiernas de mi abuela,
algunos claveles de esos desteñidos y mucho sol:
ese ataúd se llama Herminia,
a mí no me afecta tanto, soy muy nena.
Hay algo en la muerte que me espanta,
pero no es eso.
3-
Ata-úd
Ata-úd
Ata-usted
4-
Ella no quiere -o sí quiere-
un ataúd.
Ella sabe que no acepta las cenizas.
Ella guarda muchos secretos
que todos sabemos. Mañana
serán un problema.
Ella esconde un "ella" con ella.
Y el que siempre se morirá un poco será "él".
Él, que quiere ser una "ella",
y no lo dejan.
5-
Ahora quedan mudos
y no entienden:
entra "el nuevo" y cierro el cajón.
Éste es más grande, más frágil,
y todavía tiene algunos cuerpos que seguro mueren, en veinte minutos,
ponéle quince,
si termino el reporte a tiempo.
6-
También hay ataúdes cursis, y bueno.
Ataúdes de día trece,
no importa si es domingo o si es
lunes.
Cada año será un ataúd
distinto.
De fin de semana en La Estación.
De cenizas en el Urubamba.
7-
Ella siempre entendió
que la obsesionaba, que la perseguía
a través de los años.
Estoy parada en La Mitad del Mundo
-en serio-
y simplemente vuelvo.
Todo está vacío, digo todo porque no es solamente
la calle, esa Iglesia, ésa otra, el negocio:
no hay nadie en las luces, ni en
las ratas grandotas del desagüe.
Esa cosa innata en las tripas,
algo así como despertar y descubrir
que estás enterrado vivo.
8-
Ellos, los otros, están ya vacíos.
9-
Cómo le cuesta a Malena ¡pero cómo le cuesta!
que toda la gente que quiere,
incluso ésa que se fue con los secretos
asista al entierro de Pablo.
O mejor dicho,
que le lleven flores. Y redención.
10-
Pasan de las seis, y afuera está oscuro.
El puto -mal dicho-
el maldito reporte final no sale.
Desde un poquito más abajo se escuchan los "chau"
y los "al fin".
Sé que después vendrá la reja verde, el tick! de la tarjeta,
las otras puertas pero de bienvenidas cálidas,
tal vez unas birras. Seguro que música,
seguro que compañía. Seguro que no estar sola.
Pero todavía no.
El tiempo se automastica y nunca se traga,
y miles de pequeñas pero jodidas cosas me retienen.
11-
La soledad, el tedio.
Lo que la obsesiona.
Lo que descubrí, con el paso de los ataúdes,
que me espanta.
Vos lo sabías, abuela.
12-
Matáte que los ataúdes
o mejor dicho, hablar sobre los ataúdes,
te tira un poco abajo.
martes, 2 de agosto de 2011
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