Martes 24 de marzo. Dieciocho horas dos minutos. Colón al 800, entre Avellaneda y Urquiza. Sale del depto, se para en la esquina sorteando la gente, los carteles y las fotografías en blanco y negro, fechadas. Hoy, lamentablemente, no puede participar, hay otras urgencias del presente que la reclaman.
El semáforo vuelve a ponerse en verde. Levanta la mano. El taxi frena. “Hola, buenas tardes, Soldado Ruiz al dos mil por favor, subí por Fragueiro”.
Una cuadra de recorrido y embotellamiento. Policías con cara de circunstancia y la avenida, después de Fragueiro, lógicamente cortada.
El taxista tiene pintado un gesto de enfado e incertidumbre.
“¿Por qué toda esta gente en la calle?”
“Es por la Marcha”
“¿Qué Marcha?”
“La Marcha por el 24 de marzo, el día de la Memoria. TODOS los años se hace. La gente se junta allá, en Colón y Cañada, más o menos a esta hora, y de ahí se parte, caminando para el centro…”
(Ya no era ni enfado, ni incertidumbre. Tampoco se podría decir que asco. Pero la siguiente mueca que hizo el taxista le advirtió que, mejor, no abriera más la boca por las treinta y nueve cuadras que quedaran de trayecto, entre el río y la bendita Soldado Ruiz).
Martes 24 de marzo. Diecinueve horas veintitrés minutos. Barrio Cerro de las Rosas. La reunión para afinar las estrategias de venta está concluyendo. El socio está cebando un mate mientras que el dueño de casa busca los criollos. La radio está prendida, hay un periodista en el lugar de los acontecimientos. La pava está chillando, pero igual se alcanzan a escuchar palabras y frases como “Marcha”, “comenzó”, “todo tranquilo”, “la convocatoria es cada vez mayor”.
El dueño de casa tiene pintado un gesto de incertidumbre.
“¿Por qué toda esa gente en la calle?”
“Es por la Marcha”
“¿Qué Marcha?”
“La Marcha por el 24 de marzo, el día de la Memoria. TODOS los años se hace. La gente se junta allá, en Colón y Cañada, más o menos a esta hora, y de ahí se parte, caminando para el centro…”
(Ya no era incertidumbre. Tampoco se podría decir que asco. Pero el siguiente comentario que hizo el dueño de casa –“Ah, claro, y el año que viene seguro celebramos nacionalmente el cumpleaños de Moria Casán, no?”- le advirtió que, mejor, no abriera más la boca hasta que el presupuesto se aprobara y consiguieran aquel bendito trabajo tan esperado).
Cualquier semejanza con la realidad… no es mera coincidencia.
El semáforo vuelve a ponerse en verde. Levanta la mano. El taxi frena. “Hola, buenas tardes, Soldado Ruiz al dos mil por favor, subí por Fragueiro”.
Una cuadra de recorrido y embotellamiento. Policías con cara de circunstancia y la avenida, después de Fragueiro, lógicamente cortada.
El taxista tiene pintado un gesto de enfado e incertidumbre.
“¿Por qué toda esta gente en la calle?”
“Es por la Marcha”
“¿Qué Marcha?”
“La Marcha por el 24 de marzo, el día de la Memoria. TODOS los años se hace. La gente se junta allá, en Colón y Cañada, más o menos a esta hora, y de ahí se parte, caminando para el centro…”
(Ya no era ni enfado, ni incertidumbre. Tampoco se podría decir que asco. Pero la siguiente mueca que hizo el taxista le advirtió que, mejor, no abriera más la boca por las treinta y nueve cuadras que quedaran de trayecto, entre el río y la bendita Soldado Ruiz).
Martes 24 de marzo. Diecinueve horas veintitrés minutos. Barrio Cerro de las Rosas. La reunión para afinar las estrategias de venta está concluyendo. El socio está cebando un mate mientras que el dueño de casa busca los criollos. La radio está prendida, hay un periodista en el lugar de los acontecimientos. La pava está chillando, pero igual se alcanzan a escuchar palabras y frases como “Marcha”, “comenzó”, “todo tranquilo”, “la convocatoria es cada vez mayor”.
El dueño de casa tiene pintado un gesto de incertidumbre.
“¿Por qué toda esa gente en la calle?”
“Es por la Marcha”
“¿Qué Marcha?”
“La Marcha por el 24 de marzo, el día de la Memoria. TODOS los años se hace. La gente se junta allá, en Colón y Cañada, más o menos a esta hora, y de ahí se parte, caminando para el centro…”
(Ya no era incertidumbre. Tampoco se podría decir que asco. Pero el siguiente comentario que hizo el dueño de casa –“Ah, claro, y el año que viene seguro celebramos nacionalmente el cumpleaños de Moria Casán, no?”- le advirtió que, mejor, no abriera más la boca hasta que el presupuesto se aprobara y consiguieran aquel bendito trabajo tan esperado).
Cualquier semejanza con la realidad… no es mera coincidencia.
10 comentarios:
qué decir...
que el golpe del '76 lo dieron con la anuencia de gente como el taxista y el dueño de casa
La edad tampoco es excusa para desconocer un evento. Por caso: ayer mi hija sabía desde dónde y a qué hora salían los de tal centro de estudiantes para la marcha, qué iban a reclamar durante la misma los de tal otro centro de estudiantes, y se puso a calcular cuántos años habían pasado desde el suceso.
Al mismo tiempo, me llegaba un mail de una cadena que preguntaba por qué el 24 era feriado.
Muchos que tuvieron más cerca el episodio, incluso que vivieron durante la época, tienen esa barrerita (que no sé en qué ancla, demasiado particular cada caso) que les nubla el recuerdo.
¿que marcha??? entre tu culo y mi garcha le hubieras respondido jajajaja no sabes como me río solo ahhh...
Estuve a punto de borrar el comentario anterior. No me voy a extender mucho, porque la verdad para qué. Pero lo dejo para demostrar JUSTAMENTE el punto del post. Y será la última vez, después Nunca Más. Fin.
Gracias Gaa y Bater por sus aportes.
A ver...
¡Sí, Lale!
¡Ahora sí que sí!!!!
Qué quiere que le diga; que me da no sé qué verla ahí toda expuesta a la ventolera, que va a recibir de todo, y si es que, porque capaz que no reciba nada, que quién la mandó a meterse en esto, que pagaría (una suma moderada) con tal de que no se haga mala sangre con el comentarismo adverso, que si acaso su mamá no le advirtió que no hablara con extraños, que... nada; a lo hecho, pecho. Si ya está aquí, haga lo que se le cante y agárrate catalina.
Un abrazo,
Anai Le
Muy bueno el post, mostrando la falta de memoria en la gente, que no se recupera poniendo un feriado, sino tratando el tema en los medios.
Se me ocurrió algo, si el 24 de marzo del 2010 en vez de feriado se queda laborable pero se ponen películas, documentales y programas especiales en lugar de la programación habitual en la tele y programas y música sobre el tema en la radio. Eso acompañado de trabajos especiales y visitas al museo de la escuela de Mecanica de La Armada (como ejemplo) por parte de los colegios. No seria mejor?
La marcha se hace igual, a la misma hora.
tal cual, así era la cosa, Sacer: actos en las escuelas, programas en TV y radio, y marcha tipo 18:00 para que la gente pudiera ir después del trabajo. hasta que se les ocurrió hacerlo feriado.
Está bueno que remuevas,a través de tu blog, la conciencia adormecida de algunos tantos argentinos. (¡Me incluyo!)
Felicitaciones por tus nuevas incorporaciones! Me gustaron mucho!
Jaqui
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