Córdoba, sábado 10 de diciembre de 1983
Habían tenido un día agobiante. Los 34 grados de la primavera que terminaba y un montón de malos ratos la habían puesto muy nerviosa. Pablo lloraba como un condenado. Se le había perdido su hámster y recién se dieron cuenta al mediodía, lo que les arruinó la comida. Encima de todo, el bebé que se movía como un loquito.
“Compatriotas: Iniciamos todos hoy una etapa nueva de la Argentina. Iniciamos una etapa que sin duda será difícil, porque tenemos todos la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina…
Por la tarde tuvo otra pequeña pérdida, pero no era de cuidado; se había hecho habitual desde fines de noviembre. Tipo siete, con el sol ya menos furioso, pasó Osvaldo a saludarla e invitar a Dani para que fueran a Carlos Paz al día siguiente. Toda una jornada de pesca en el lago era la idea. Y, por qué no, llevarlo a Pablo, así se distraía un poco de la rata perdida y de paso le aliviaban la tarea de ocuparse de su hermanito. Fue la gota que colmó, porque no quería que en esos días- justo en esos días!- la dejaran sola. Osvaldo se fue y comenzaron a discutir. Él la trató de sensiblona, ella lloraba y toda esa macana- reflexiona, cree, años después- le desataron la hemorragia.
”Sabemos que son momentos duros y difíciles, pero no tenemos una sola duda, vamos a arrancar los argentinos, vamos a salir adelante, vamos a hacer el país que nos merecemos. Y lo vamos a poder hacer, no por obra y gracia de gobernantes iluminados sino por esto que la plaza está cantando, porque el pueblo unido jamás será vencido…
Fue como a las nueve de la noche. Habían llevado el televisor a la cama y ella, sentada ahí, enjugando sus últimas lágrimas, empezó a perder sangre. Esta vez sí que se asustó mucho. Dani llamó a Chichí, que estaba arriba, seguramente cenando. Llamó a Luis por teléfono y a Edgar para que los fuera a buscar. Llegaron a la clínica y ya Luis los estaba esperando, junto con los otros médicos. Ella llevaba su bolso pensando que el bebé no nacería todavía. Pero la cesárea se decidió en el acto y la pasaron a una sala donde una enfermera con cara de Drácula la afeitó.
”Una feliz circunstancia ha querido que este día en que los argentinos comenzamos esta etapa de 100 años de libertad, de paz y de democracia, sea el Día de los Derechos Humanos. Y queremos, en consecuencia, comprometernos una vez más: vamos a trabajar categórica y decisivamente por la dignidad del hombre, al que sabemos hay que darle libertad, pero también justicia, porque la defensa de los derechos humanos no se agota en la preservación de la vida, sino además también en el combate que estamos absolutamente decididos a librar contra la miseria y la pobreza en nuestra Nación…
Temblaba como una histérica. Hacía mucho frío y tenía mucho miedo, ese miedo de huesos próximo al terror. Necesitaba sentir cerca a alguien conocido, alguien que le insuflara un poco de confianza. Entró Luis y fue como si un hermano se hubiera arrimado. Se aferró a él y su ánimo mejoró.
”Este es un saludo nada más, y no hubiera sido completa la fiesta de la democracia argentina –por lo menos para mí- si no hubiera contado con la posibilidad de encontrarme nuevamente con ustedes para ratificar una vez más que soy el servidor de todos, el más humilde de los argentinos...
Ya en la sala de operaciones Edgar le dio el apoyo que necesitaba. La tranquilizó con un “estamos en la última etapa negrita, no te preocupes que yo te voy a cuidar”. Empezó a sentir los efectos de la anestesia total, y pensó que era una suerte que su propio cuñado se la administrara. Tuvo unas pesadillas horribles. Cientos de burbujas rosas -¿por qué rosas?- iban invadiendo su casa y deteniendo el tiempo. Los absorbía, a Dani y a ella y sus cuerpos morían, excepto sus mentes que seguían pensando. Deseó que mataran también sus mentes. Era el fin del mundo, era un espanto y ella no podía conocer a su bebé.
”Me comprometo nuevamente a trabajar junto con todos ustedes para concretar los objetivos que hemos pregonado por toda la extensión de la geografía argentina, y hacer ciertos esos objetivos que los hombres que nos dieron la nacionalidad nos presentan como un mandato que ahora sabemos está al alcance de nuestras manos…
Cuando despertó ya estaba en el dormitorio, con suero y transfusión. Aún no sabía nada del bebé. En realidad, muy adentro, no tenía interés en enterarse si había sido nena o varón. Estaba cansada de un parto que no la había tenido como protagonista. Recién a las seis de la mañana del domingo 11 de diciembre mejoró un poco y preguntó.
”Entre todos vamos a constituir la unión nacional, consolidar la paz interior, afianzar la justicia, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino”.
Las burbujas fueron rosas por una razón. Todo había salido bien.
10 comentarios:
Lale Asi q sos una copia fiel de la democracia???
Muy lindo el post!!
Te quiero!!!
Ah bueh!
Esto es tener público, y no macana!!
Gracias amigo
¿Cómo te llamás... Libertad?
;)
viva la democracia y la libertad.
Yo, sin embargo me considero un anarquista moderado; no estamos preparados para vivir sin gobierno aún.
Mientras la sociedad se vuelve civilizada, preferiría que nos gobernara Inglaterra y no los peronistas.
Don Verloc, es que ud tendría que afiliarse a nuestro partido, qué quiere que le diga...
Interesante su partido, a mi siempre me gustó la monarquía. Por lo menos, en caso de cualquier desgracia o epidemia, ya sabemos quién es el culpable: El maricón de la corona.
unSer: No sé, mi viejo siempre me dijo que tenía el carácter de Mafalda!
Verloc: efectivamente, no hay forma que nos abran el corral y nos dejen sueltitos sin pastor. Y encima andamos con epidemia denserio! Los mosquitos nos están jodiendo la vida, y no tenemos un maricón a mano...
¡Lale, me encantó, amiguita!
Y qué madrugadora.
(No dice nada de las mujeres del mundo que deseen comentar en blog argentino, ¿no?
Ah, porque no había... claro. Pero la idea está.
Un abrazo y que tenga su merecido este fin de semana.)
Muy bueno Lale. Lale, Laaaale, Laaaale, Laa. Perdón, perdón, ya me voy. Y gracias por la campaña, es así nomás, NADIE ESTA EXENTO! Le mando un abrazo.
Igor: siempre estuve AHÍ, pero AHÍ de avisarle que se diera una vuelta para ver la campaña, pero me olvidaba... creo que culpa del facebook.
Desde Galaxia nos comprometemos a difundir la campaña. Ésta es la de otoño-invierno. :D Un abrazo!
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