viernes, 18 de diciembre de 2009

Día 60. La vuelta en borrador...

Querido Germán:

Anoche empecé a escribirte una carta imaginaria, en el aire.

Empezó siendo un racconto de personas y situaciones del camino y terminó con planteamientos seudo-folosóficos a lo Lale, similares a nuestras charlas de teclas mañaneras.

Hace veinte noches estaba mirando el techo en una cama de Arequipa, mientras escuchaba una jauría ladrando a la luna, y los dibujos de las colchas se movían y volaban como búhos o como hojas, y jugaban con la luz que se filtraba por la ventana, mientras mis ojos se mantenían anaranjadamente abiertos.

Recordé las pequeñas cosas, las grandes personas, las miserables, las espantosas, las entrañables. En ese poco tiempo, y en este largo camino mucho de todo eso ha cambiado, y mucho más sigue igual.

Camino a Chivay hay una nena que se llama Albina, y que en el dedo índice de su mano izquierda tiene una venda poque se cortó con un cuchillo.

En el centro mismo de la burbuja de Miraflores hay una vaca Cupido que, tal vez, me ayude,o me ignore olímpicamente.

En Aguas Blancas conocí a Maude, que debe ser la persona más feliz del mundo: vive en el centro mismo de París, estuvo en España y Portugal estudiando porque sabe muy bien el español, y con su novio de ensueño está viajando por todas partes, y sonriendo tanto y hablando tanto que es imposible no tomarle cariño, yenvidiarle el brillo.

José está todos los fines de semana con su mamá a 4800 mts. de altura y le gustan las fotos de sí mismo y los caramelos.

En Salinas hay un hombre que parece la plenitud hecha humano. Me dijo el halago más bonito que escuché en todo el camino. Maneja su barco y escucha salsa y sonríe cuando le dicen "gracias Félix".

En Montañita está el Hombre de las Mil Caras, pero a pesar de ello es algo tímido para mostrarlas, y yo algo tímida para decirle que me gustaría volver a ver al menos una de ellas.

Camino de Manta a Quito, hay un chofer que mira mucho y se apasiona cantando Sandro mientras maneja un bus lleno de fisuras y de frío.

En San Blas, Ricardo me pregunta si el desayuno estuvo bien, y en Cuenca doña Carolina barre el estropicio de escalones resbalosos, plantas muertas y macetas rotas. Pren lee sus cómics, y Ara juega con los pies al sol y no se quiere mojar en el río de Vilcabamba. El Che se indigna del amistoso Argentina-España, y Miguel nos ofrece cangil gratis.

"Bolivia avanza, Evo no se cansa" parece una realidad tangible, aún en la Isla del Sol.

En el Colca, Miller Navarro ofrece cervezas por un rato de conversación, amigos instantáneos, ex boxeos y venta de papas. Los cóndores trazan círculos y los niños se enamoran de Ayelén.

Las piedras de una playa son verdes, y las tortugas no se dejan seguir en sus trayectos de corales y pececitos. Pero en aquel río las aguas no dan tregua y el murmullo es más que arena, es ceniza o recuerdos de amor y deseos cumplidos.

¿Cuánto de eso -te pregunto- tiene que ver con todo lo demás?

O mejor dicho, ¿En qué momento mi presencia conectó las pequeñas y las grandes cosas, y cuando dejarán de relacionarse entre sí?

¿Mi memoria será suficiente?

¿Mis recuerdos vivirán por sí mismos?


6 comentarios:

unServidor dijo...

Si. Y sí.
Te lo puedo decir a décadas de viajes similares.
Si habré querido a esa Ayelén, de chico.

¡BIENVENIDA A CASA, LALE!

Zippo dijo...

Son instantáneas. A veces a mí me da el mismo miedo, no poder retener las buenas cosas vistas y vividas. Excelente post, LaLe.

LALE dijo...

Unser: Gracias che, a falta de felpudo de puerta que me dé la bienvenida, es bueno que te lo digan (o escriban) :D. Ah by the way, ya te voy a pasar varias fotis de pájaros varios que me fui encontrando (y me encontraron) en el camino. Abrazo!

Zippo: Tal cual, son instantáneas... y es jodido que las retinas, la nariz, los oídos, las manos y la lengua no tengan una memoria un tanto más extensa, o permanente. Ahora solo me queda escribir. Gracias por las flores!

martín dijo...

Lindo Perú.
Lindo.

Nick Risaro dijo...

ayyy si, cada vez que me pasa algo pienso "Tengo que anotar esto, no me quiero olvidar nunca", obviamente que me olvido de anotar (y si lo anoto me olvido donde lo anoté) pero las cosas buenas quedan grabadas en la memoria, y si algún día las pierdo, no por eso voy a haber dejado de vivirlas.

Un abrazo.

gsnicolas dijo...

Escribiendo desafiás el paso del tiempo y hacés más lindos los recuerdos. Es agradable leerte, me gusta la forma en que lo contás todo. Saludos.