Porque es una tarde de sol velado, pero que igualmente calienta, y reconforta. Cerrar los ojos y sentarse en el pasto seco ayuda. Dos benteveos se pelean por las migas de pan, pero no como siempre. Batallan sin roce de alas, calladamente. El río helado fondea; piedras rodando en el lecho y algún que otro pez que salta, dejando círculos perfectos en la superficie.
Hay veinte ojos que miran, veinte oídos abiertos. Los dedos sólo ensayan, porque no hay reclamos de acción. No hay nieve, pero tampoco hay fuego. Las estrellas siguen lejos, y la luz es transparente. El camino se infinita, se desarma y se inmensura.
Es una tarde perfecta, porque no siente nada y siente todo, porque en el aire se mezclan las sensaciones más canallas y las más sinceras.
Es una Tarde de Tardes, como si fuera la última, o tal vez la primera.
4 comentarios:
Clap clap clap clap clap
desde hace un tiempito me está haciendo falta una tarde así...
Unser: reverencia
Rusita: todavía decido si una tarde así es buena o mala. Es un poco de las dos. Pero sí, no vienen mal de vez en cuando. Gracias por pasar!
jaja muy buenas las verdaderas aventuras de LALE, me dio impresión ver cuánto se parecen a las mías! (maldito y aburrido julio)
buenooo, suerte!
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