lunes, 8 de marzo de 2010

Ico Manco – Chapter 2: Un secreto es develado (la ventana en tu sonrisa)

Icarus-de-flaier-jors suele evadir sonreír en público, pero hete aquí que cuando toca su música, queda al descubierto su desdentado secreto: nuestro amigo carece de una pieza dentaria en el centro mismo de su boca*, dibujándose así un hueco del tamaño de Gran Bretaña. Hay quien jura incluso que, en las noches de cuarto menguante, durante los intervalos en que las cigarras callan, puede verse a través de ese buraco su danzante campanilla. Así es que nuestro amigo es un reverendo desdentado (y es lo único que tiene de reverendo, a decir verdad).

Los potrillos miran con admiración al macho éste ya que descubren en él que se puede ser exitoso, aún sin ser perfecto (o por lo menos sin ser bucalmente prístino).

Verlo correr en competiciones de 100 metros llanos es una experiencia más que particular. Como consecuencia de algún subfenómeno que la Física Orgánica tiene problemas en determinar, por el espacio vacío en su boca sale un sonido que durante mucho tiempo fue inclasificable. Le decían, “el zumbido ese”. Sin embargo, en una ocasión, asistió a una de las carreras un aborigen australiano, invitado por el Sindicato de Aborígenes que Usan Tinturas Naturales para Adornarse la Piel (SAUTNAP). En dicha ocasión, dijo el compadre: “Ese animal ronca como el didgeridoo trunco de las costas mediterráneas de mi tierra”. Y desde ese momento, todos supieron que sería más simple no tratar de darle un nombre a ESO que salía de las fauces del equino.

A su vez, se comenta que el huequito dental en cuestión le otorga a Icarus una significativa ventaja frente a sus adversarios a la hora de saltar en las competiciones. La interpretación final y unánime de los científicos fue que, por dicho hueco, nuestro amigo puede incorporar más oxígeno que sus rivales, haciendo que sus músculos tengan un mayor rendimiento.

Varias controversias ha despertado esta conclusión, ya que los caballos sólo respiran por la nariz (¿alguien ha visto alguna vez competir a un caballo resfriado?). Pero, aún así, los científicos se resguardan diciendo que se trata de una ANOMALÍA EXTRAÑA Y CURIOSAMENTE BENEFICIOSA. Ya saben, son esas categorías conceptuales adonde entran las barritas de azufre, la curación de empacho mediante metro y tantas otras cosas.

Cuando salió un informe de perito dando a luz este detalle, los contrincantes presentaron un recurso en la Justicia, para que se le hiciera un implante-tapa-agujeros a Ico. Afortunadamente, la medida no prosperó: las Sociedades Protectoras de Animales esgrimieron el Artículo 53, Inciso a), que nadie tiene muy en claro, pero que en resumen, dice que es cruel y perjudicial para el animalillo que le sea implantado un elemento artificial y externo a su naturaleza.

Imprímase o postéese.

Y así se hizo. Les consta, ¿eh?



Velen, todos los derechos y torcidos reservados.


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*Según Richard Thompson Talbott, el agujero se encuentra en uno de los laterales, aunque no especifica cuál. Ferdinando Stratalonna, por su parte, indica en su libro "Caballito, caballito" que el hueco está del lado izquierdo, pero dos páginas más adelante, afirma que se encuentra del lado derecho.



2 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Pero que cosa tan curiosa!

No serà que tiene dentadura postiza, y de vez en cuando, se olvida el corega??

Me hizo reir.

saludos

LALE dijo...

El art. 53 no era uno que nos enseñabanen la Escuelita, en Derecho?

Si le ponen un implante de oro, pasa a ser un yobaca tatuador :D